Demostrado: la dieta mediterránea no engorda
Un estudio revela que la dieta mediterránea con aceite de oliva y frutos secos adelgaza
Expertos de la Universidad de Navarra participan en un estudio que demuestra que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva o frutos secos puede ayudar a prevenir el aumento de peso
En numerosas ocasiones se ha relacionado la pauta de alimentación que sigue la dieta mediterránea suplementada con frutos secos y aceite de oliva, con el aumento de peso. Sin embargo, un estudio publicado por The Lancet Diabetes & Endocrinology llevado a cabo por el grupo multicéntrico PREDIMED, demuestran que, además de los efectos beneficiosos clínicos y metabólicos que poseen, también previenen el aumento de peso.
PREDIMED es el ensayo sobre nutrición y prevención cardiovascular de mayor envergadura, y en su investigación han intervenido centros de todo el panorama nacional, como el Clinic de Barcelona, la Universidad de Reus, la Universidad de Málaga o la de Valencia.
El estudio se ha llevado a cabo durante cinco años y han participado más de 7400 voluntarios, divididos en tres grupos. En el primer grupo los sujetos siguieron una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva, el segundo la suplementaba con frutos secos, y el tercero siguió una dieta baja en grasas.
Tras el estudio de los sujetos se apreció que los del primer y segundo grupo redujeron ligeramente su peso, mientras que los del tercer grupo no experimentaron cambios significativos.
Se trata de un descubrimiento importante, pues se ha demostrado que las dietas ricas en grasas vegetales naturales, como es la dieta medierránea, conllevan beneficios para la salud cardiovascular, la diabetes o la obesidad.
Además, los resultados de este estudio ayudan a derribar el falso mito de que la dieta mediterránea engorda, por lo que se espera que aumente el número de personas que comiencen a seguir esta dieta, y se aprovechen de los numerosos beneficios clínicos y metabólicos demostrados, que suponen esta alimentación. De esta forma se desmitifica la idea de que todas las grasas son perjudiciales, además de ser un importante trabajo para la salud pública.
Sin embargo no hay que englobar a todas las grasas vegetales bajo este manto de beneficios, pues las derivadas de productos como la comida rápida o la mantequilla si resultan muy perjudiciales para la salud. Sin embargo, las del aceite de oliva o los frutos secos se pueden calificar como grasas “buenas”, pues no solo interfieren en la pérdida de peso, sino que tienen otros muchos beneficios para la salud derivados de sus propiedades antioxidantes, vitaminas, el ácido oleico, etc.